15 .Las
cuestiones ultimas y la religión
1. Las cuestiones ultimas
La muerte
nos a planteado interrogantes muy difícil resolución en el marco estricto de la
reflexión filosófica, pero no es la única cuestión profunda y decisiva que el
hombre se plantea y para las que le resulta muy difícil encontrar respuesta.
a) La pregunta sobre el sentido de la
vida
El dolor y
el sufrimiento son una de las cuestiones últimas que se plantea el hombre de
todos los tiempos. El mundo está lleno de dolor que, además, en determinadas
ocasiones, parece especialmente absurdo y cruel: la muerte de inocentes las
torturas las muertes absurdas por accidente o casualidad, las guerras, los
fracasos, etc. Y este dolor de alza como un enigma porque no estamos hechos
para sufrir si no por el contrario, para ser felices.
Ya hemos
hablado de la muerte y del más allá de los problemas irresolubles que planteen.
Ahora podemos añadir los problemas relativos al origen. Por otro lado el
misterio sobre nuestro propio origen ¿De dónde hemos surgido? ¿De dónde
venimos? Y, en consecuencia, ¿Quiénes somos? Ciertamente somos conscientes de
no habernos puesto a nosotros mismos en la existencia, puesto que poseemos un núcleo
espiritual no corruptible, podemos intuir que alguien a podido crearnos tal
como somos.
Los límites
del hombre, que podemos agrupar alrededor del termino finitud, abren otro campo
de interrogante de difícil respuesta. Tenemos grandes aspiraciones, somos insaciables
y nuestra ansia de saber, de querer y de poder es inmensa.
Estas cuestiones,
y otras se podrían añadir, son las que, reunidas, dan lugar a la pregunta
esencial: ¿Por qué y para que vivimos? ¿Cuál
es el sentido último de nuestra existencia? Es importante recalcar aquí la
palabra último. En un sentido global y radical, el porqué de la vida en cuanto
tal. ¿Qué busco yo con mi vida, con toda mi vida? ¿Tiene sentido y en qué
medida?
b) La pregunta sobre Dios
La otra
pregunta radical que todo hombre se hace es la pregunta sobre Dios. El primero
es la pregunta sobre su existencia; el famoso con el que tomas de Aquino comienza
la suma. ¿Existe Dios? En realidad, y aunque, por el medio cultural que nos
rodea estemos inclinados a pensar lo contrario, la respuestas a estas
cuestiones es poco problemática.
Por eso,
aunque la existencia de Dios sea evidente y abra el interesante y complejo
apartado sobre las demostraciones de su existencia la cuestión habitualmente más
importante desde el punto de vista personal es otra: ¿Cómo es Dios? Lo fundamental,
lo decisivo, no es saber si existe algún tipo de ser superior porque todo esto
parece relativamente claro, si no saber cómo es ese ser (o seres): ¿es uno o múltiples?,
¿es amable o cruel?, ¿se interesa por los hombres o se desentiende su destino?,
¿tiene algún plan para los hombres ahora o cuando mueran? Y el problema es que,
como es resto de las cuestiones que estamos tratando ahora el hombre por si
solo apenas puede esbozar una respuesta.
c) Actitudes y respuestas
Los dos
grupos de cuestiones que acabamos de considerar tienen una doble característica.
La primera es su centralidad. Que se responde a cualquiera de ellas de un modo
o de otro afectan a la orientación global que cada persona puede dar a su
existencia. Que por ejemplo exista un mas allá gobernado por un Dios amable
conduce a una postura vital muy distinta de quien piensa que no existe un mas allá
o que está gobernado por un Dios anárquico o diferente. La segunda característica
que poseen estas cuestiones y que, en cierto modo, se opone a la primera es la
dificultad para darles una respuesta adecuada.
Jaspers ha
recogido un dicho de la edad media que sintetiza con lucida ironía esa
dificultad.
“vengo más no
sé de dónde. Soy, mas no sé quién. Moriré, mas no sé cuándo. Camino, mas no se
hacia dónde. Me extraña que esté contento”
La datación medieval
de este dicho nos informa, además, sobre otra cuestión: la escasa influencia
que tiene el tiempo en la capacidad humana de respuesta a estos problemas. Mientras
que en otros ámbitos como los tecnológicos y prácticos, los avances del hombre
son increíbles y espectaculares, en el terreno de las preguntas esenciales nos
encontramos prácticamente en el mismo lugar que nuestros predecesores.
El materialismo
cientificista a enfrentado con el problema negando su existencia.
2. ¿Qué es la religión?
a) La religión como pregunta por el
sentido ultimo
La religión se entiende normalmente como la relación con
Dios, la ordenación a Dios y este es evidentemente, su sentido básico. La religión,
entendida de este modo, es el lugar donde se decide la existencia humana en su
radicalidad, o, en otros términos, el ámbito en el que el hombre se pregunta y recibe
la respuesta al sentido global de su vida y de la existencia de las cosas. De esta
comprensión básica de la religión surge la perspectiva la relación con Dios
pero conviene tener presente siempre que esa perspectiva adquiere su valor en
este anclaje antropológico y, por eso, no es posible prescindir de él. De otro
modo Dios podría parecer como una entidad que gravita molestamente mi alrededor
intentando introducirse en mi vida aunque yo no lo necesite cuando la situación
es precisamente lo contrario: Dios y la religión constituye la respuesta a los
interrogantes cruciales que me habitan y claman por una solución.
b) La religión como relación con Dios
El segundo y
fundamental sentido de la religión es el de la relación del hombre con Dios con
todos los que ellos supone: oración y alabanza, plegarias y ritos, alegrías y
dolores, luces y misterios, actitudes antes la vida, ante la muerte y ante los
hombres.
En primer
lugar encontramos la relación personal con Dios. Todo hombre se relaciona (o
puede relacionarse) directamente con Dios.
Dios alza
como el ser que puede salvarnos, darnos lo que necesitamos o liberarnos de la
ignorancia, y del mal, y por eso los hombres de todas las épocas han recurrido
singular y individualmente a la divinidad.
3. Dimensiones del hecho religioso
Vamos a ver
ahora los principales modos en que se plasma el hecho religioso mediante un
instrumento conceptual que hemos utilizado ya en diversas ocasiones o a lo
largo del libro: la distinción entre dimensión
subjetiva o dimensión objetiva y que, en este caso, coincide básicamente con la
distinción entre relación personal e institucional con Dios ya que hemos
apuntado
a) La dimensión subjetiva: la
experiencia religiosa
a.1) característica
de la experiencia religiosa.
Por dimensión
subjetiva entendemos fundamentalmente la vivencia personal y individual de la religión
coincide fundamentalmente con el concepto de experiencia religiosa que a sido
brillantemente desarrollado en el último siglo por la fenomenología de la religión
puesto que existen muchas religiones, evidentemente la experiencia religiosa es
necesariamente diversa pero, a pesar de todo, es posible reunir, especialmente
si nos centramos en las religiones mas importantes, sus principales características.
Ferrer a indicado las siguientes:
-Real
-Trascendente
-Personal
-Voluntad
santa
-Carácter salvífico
2.a) actos
religiosos
La oración es
la relación dialógica y personal con el ser supremo en la que el hombre manifieste
sus anhelos y necesidades. “en la oración personal me situó como persona ante
Dios. Me creo y me llamo a la vida de la gracia.” En la adoración, el hombre manifiesta
de manera específica su veneración y respeto ante el ser trascendente “ante la grandeza
de Dios el hombre se inclina. Pero no solo sometiéndose a ella exteriormente si
no en su interior con una actitud y piedad y devoción. En el sacrificio ofrece algo a Dios bien como
ofrenda o bien para hacérselo propicio en una determinado circunstancia.
b) La dimensión objetiva
El aspecto
objetivo de la religión con sus manifestaciones estructurales que están por encima
de la posición de cada individuo. Siguiendo a Ferrer quien, a su vez, lo toma
de zubirir hemos distinguido tres aspectos centrales de esta dimensión
B.1) una visión
de Dios con el mundo
b.2) un modo
de vivir la relación cultural
b.3) un
saber de salvación
4. Religión y religiones
Estas
reflexiones nos introduce de manera natural en el último tema que vamos a
considerar: Las diversidad de las relogiones y su repercusión en la persona.
a) Los diversos tipos de creencias
Existen y han existido a lo largo de la historia muchos tipos
de religiones y se han realizado desde siempre, también recientemente,
esfuerzos para sistematizarla y catalogarlas vamos a exponer muy brevemente dos
de ellas.
La primera se debe a Manuel guerra, que ha agrupado las
religiones en torno a cuatro constantes:
La constante telúrica es caracterizada por las
divinización de la madre tierra en cuanto portadora del misterio de la vida y
la divinidad y está básicamente ligada.
La constante
celeste es propia de pueblos más desarrollado y toma su nombre de la creencia
que la divinidad proviene del cielo, donde tiene su morada. La constante étnico
política pone de relieve la dimensión social de la religión y su íntima relación
con la identidad del pueblo y de la nación.
La segunda clasificación
la propone Ferrer siguiendo a Zubiri y Danielou.
El politeísmo
se caracteriza por la creencia de varios Dioses.
El panteísmo
corresponde a una mentalidad mucho más reflexiva y se caracteriza por borrar
las fronteras que separan a las criaturas de Dios
El dualismo
es una corriente minoritaria pero que ha sido significativa en oriente y que
surge fundamentalmente, como respuesta a la presencia del mal en el mundo
Monoteísmo
trascendente comprende tres religiones el judaísmo el islamismo y el
cristianismo. Todas ellas se caracterizan por afirmar la unidad de Dios y su
trascendencia por el mundo.
B) el
problema antropológico de la diversidad de la religiones
La
diversidad de religiones plantea, como es fácil intuir, un conjunto de
problemas. El principal decisivo es la búsqueda de la religión verdadera. La diversidad
religiosa puede dar lugar a un problema previo: el cuestionamiento de la misma
validez de la religión. Las posturas posibles desde esa perspectiva son dos el ateísmo
y el agnosticismo. Para el agnóstico la existencia de tantas religiones viene a
demostrar que no es posible saber con certeza casi nada acerca de Dios el ateo
sin embargo, llega a una conclusión distinta: lo que muestra esta multiplicidad
es la existencia de Dios.
El ateísmo y
el agnosticismo son posturas posibles pues las cuestiones ultimas no están al alcance
directo de nuestra inteligencia.
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